Predilecta de los jardineros y aficionados por su fácil cultivo y su extendido período de floración, la gallardía es una elección adecuada para quienes gustan de los colores llamativos. Se puede cultivar como planta perenne o anual, ya que en muy corto tiempo después de la siembra se obtienen flores. Si se le proporcionan cuidados, estará en flor todo el año.
Sumamente atractivos, muy floríferos, vistosos prácticamente todo el año, los farolitos japoneses son plantas fáciles de cultivar. De rápido crecimiento, siempre cubren en poco tiempo ese espacio que necesitamos llenar en forma urgente. Al atractivo de sus flores, se suma el de las hojas variegadas y disciplinadas en ciertos cultivares.
Originario de la isla de Madeira, en Portugal, se ha difundido por las islas Canarias y toda la región mediterránea de Europa y Asia, en acantilados y terrenos pedregosos principalmente. Resistente al viento y al salitre, sumado a la belleza de sus flores y su follaje grisáceo, hacen especialmente indicada su instalación en áreas costeras.
Las bocas de sapo son florales de porte diverso, indicadas para formar macizos destacados en primavera u otoño, con colores de flor variados. Fáciles de multiplicar y de cultivar, siempre compensan con creces la atención que se les dispensa. Suelen resembrarse espontáneamente, apareciendo nuevas plantas año tras año en el cantero. En ocasiones se utilizan como flores de corte.