Césped, pasto, gramilla, hierba. Son todos nombres comunes de gramíneas cuya característica es formar una cubierta densa. Cuando pensamos en un jardín, lo primero que imaginamos es una verde y mullida pradera, marco de nuestras flores, plantas y árboles favoritos. ¿Cómo hacer para que esta imagen casi idílica se haga realidad en nuestro jardín? Al principio parece fácil: dejamos pasar un poco el tiempo y nuestro terreno, si tan solo tiene un poco de tierra, se cubrirá de gramilla… y de cantidad de otras hierbas. Con un poco de atención y cuidado, mejorará visiblemente; el clásico “corte y riego” funciona, por supuesto, pero aprendamos qué más podemos hacer, cuándo y cómo.
Color y textura
Lo primero es decidir cómo queremos que luzca nuestro césped: qué tono de verde nos gusta, qué textura, si pretendemos que se mantenga verde todo el año o solo una temporada, y qué uso le daremos. Luego veremos cómo hacemos para que luzca bien, sin morir en el intento.
Viabilidad
El pasto crece en cualquier lado, pero muy distinta impresión causa un césped bien cuidado frente a una simple mancha verde. Consideremos las características de nuestro terreno para elegir la especie que se adapte mejor a sus dimensiones, tipo de suelo, orientación con respecto al sol.
Mantenimiento
La operación de mantenimiento que más tiempo lleva es la de cortar el césped; pero es también, junto con el riego y la fertilización, indispensable para obtener una alfombra densa y mullida. Tengamos presente, por lo tanto, cuánto tiempo y dinero podremos destinar a estas tareas.
Regla de oro para el corte
Cada vez que cortamos el pasto interferimos en su desarrollo.
Por eso, aunque esté muy largo, debemos cortarlo solo un tercio de su altura,
esperar a que se recupere y volver a cortarlo hasta llegar a la altura deseada.
Dos de las especies más usadas en Uruguay…
Bermuda (Cynodon dactylon), el verde del verano
En Uruguay lo conocemos como césped Bermuda y también como “gramilla fina”. Fue introducido por los ingleses a principios del siglo xx para colocarlo a los lados de las vías del ferrocarril. Típica especie invasora, adaptada completamente a nuestro clima y nuestros distintos tipos de suelo, presenta una gran capacidad de propagación y sobrevive en condiciones ambientales adversas. Ocupa la mayor parte de las praderas de Uruguay y es para el agro un verdadero dolor de cabeza, una maleza.
Para desarrollarse eficientemente necesita condiciones de mucha intensidad lumínica y altas temperaturas, pero soporta limitaciones de humedad. Es decir, adora el verano; es cuando crece y crece y, con los cuidados necesarios, se muestra en todo su esplendor. ¿Cuál es entonces el problema? ¡No le gusta el frío, ni la sombra! En cuanto empiezan las heladas entra en reposo y amarillean las hojas. Pasa el invierno latente, en estado de dormición, pero cuando empieza el calorcito rebrota.
Se propaga muy fácilmente por sus tallos rastreros (estolones), lo que hace innecesario resembrar con semilla. Sus raíces muy abundantes le permiten absorber agua de las capas profundas, y es esto lo que lo ayuda a tolerar la falta de lluvia o de riego. Durante las sequías puede parecer que muere, pero lo veremos brotar nuevamente apenas las condiciones se vuelven más favorable
Rye grass (Lolium multiflorum), el verde del invierno
Si queremos observar el paso de las estaciones en el jardín, podemos dejar que el césped Bermuda muestre el efecto de las heladas (amarillo, no crece) y verlo reverdecer en primavera. Pero si queremos un césped verde todo el año podemos hacer una resiembra otoñal con rye grass anual sobre el césped ya establecido. Esta opción se ha empezado a ver más en los últimos años y nos permite, a bajo costo, tener césped verde todo el año y además controlar las malezas durante el período de latencia de otras especies de césped.
Se planta por semilla en otoño. Germina en poco tiempo (de 5 a 7 días) y crece rápidamente dando un césped verde brillante durante el invierno, que desaparece en cuanto comienza a elevarse la temperatura y el pasto perenne ya establecido recupera su presencia. ¿Qué podemos objetarle al rye grass? Su textura medianamente gruesa y su color verde claro, lo opuesto al color verde oscuro y la textura fina del Bermuda. Esto significa que en invierno el aspecto de nuestro césped cambiará; algo que conviene tener muy en cuenta para el diseño del resto del jardín.
¿Cuándo sembrar? De mediados de marzo a abril.
¿Cuánto? Seguir las instrucciones del paquete; en general, 4-6 kg por cada 100 metros cuadrados.
¿Cómo? Al voleo, esparciendo primero en un sentido y luego en forma perpendicular,
cuidando de hacerlo de manera uniforme.
…y una que nos salva
Grama brasilera (Axonopus compressus), la alternativa
Relativamente nuevo en nuestros jardines, se lo conoce vulgarmente como “grama brasilera”, “grama bahiana” o simplemente “césped brasilero”. A pesar de ser originario de zonas cálidas (Brasil, como lo dice su nombre), soporta bastante bien el frío de Uruguay. Gracias a su color verde brillante, a su textura de hoja ancha, a que prospera también en zonas de sombra y al haberse adaptado perfectamente, se ha vuelto uno de los céspedes más solicitados y se lo ve cada vez más en nuestros jardines. Se lo considera delicado pero no lo es; sumamente invasor, suele ganarle terreno hasta al propio Bermuda, aunque no es de crecimiento tan rápido como este. No le gusta la sequía, pero si recibe los cuidados adecuados formará una alfombra verde densa y mullida en poco tiempo.
¿Cómo se planta?
Por semilla es muy difícil; los mejores resultados se logran plantándolo por rollos. Su precio es entre dos a tres veces superior que el del bermuda, para reducir costos podemos comprar algunos rollos, cortarlos en cuadraditos de, por ejemplo, 20 por 20 cm, y plantarlos separados. Al ser una planta estolonífera terminará cubriendo todo. Dependerá del tiempo que se quiera esperar –y de nuestro presupuesto– cuán separados los plantaremos.
Bermuda
Suelos — Fértiles de textura fina y drenaje moderados, neutros a moderadamente ácidos. Tolera los suelos salinos.
Exposición— Pleno sol. Necesita de 6 a 8 horas diarias de sol directo.
Temperatura — Césped de verano, no soporta temperaturas inferiores a 10-12 ºC.
Riego — Soporta la falta de riego.
Crecimiento — Rastrero (por estolones), crecimiento rápido en verano; permanece latente en invierno.
Cuidados — Cortar a no menos de 4 cm y en verano dejarlo más largo para prevenir la deshidratación. En primavera cortar más a menudo ayuda a combatir las malas hierbas. Darle una buena rastrillada en otoño y primavera, y airearlo practicando pequeños agujeros para romper la parte enmarañada entre la tierra y las hojas.
Rye grass
Suelos — Fértiles profundos, neutros, francos a franco-arcillosos.
Exposición — Pleno sol.
Temperatura — Césped de invierno, no soporta el calor.
Riego — Precisa abundante agua (lluvia o riego).
Desarrollo — Crecimiento muy rápido. Se resiembra todos los años en otoño. Mantener la densidad de siembra recomendada: si lo sembramos más denso, las plantitas crecerán débiles y si plantamos menos semillas no obtendremos un césped parejo.
Cuidados — No soporta cortes de menos de 2,5 cm. Usar máquina cortacésped con cuchillas bien afiladas o bordeadora; este césped de hojas fuertes y fibrosas lo agradecerá. Si las cuchillas no están afiladas, lo arranca: tengamos en cuenta que no tiene raíces bien afirmadas; las bordeadoras cortan más limpiamente.
Grama brasilera
Suelos — Francos arenosos a pesados y ácidos (con pH > 7 presenta clorosis).
Exposición — Sol, media sombra. Puede soportar un poco de sombra.
Temperatura — Césped de verano, soporta inviernos suaves.
Riego — Precisa riego abundante en época cálida.
Desarrollo — Crecimiento de mediana rapidez, permanece latente en invierno.
Cuidados — El corte que lo hace lucir mejor no es el más corto: resiste bien cortes de menos de 4 cm, pero mantenerlo a una altura de 5 a 6 cm dará mejores resultados visualmente y ayudará a mantener la humedad. Es muy resistente y, si está sano, no permite que lo invadan otras hierbas.