Alrededor de un espléndido Acer palmatum, arbustos de formas libres y arbustos topiados. Parque de Vacaciones de Ute-Antel, Lavalleja

 

El membrillo, aunque en invierno luzca feo, hay que esperar la primavera para podarlo y así  no perder la floración.

 

 

 

 

 

Poda de formación

Se realiza los primeros años después de la plantación. Los cortes se hacen de forma que las ramas principales queden bien distribuidas, respetando lo más posible la estructura natural de cada especie: a algunos árboles, les dejamos el pie libre; a otros les permitimos desarrollar las ramas inferiores y solo aireamos la copa; en los arbustos buscamos una estructura compacta desde el suelo.
Es muy importante realizar este tipo de poda correctamente y a tiempo: si dejamos crecer las plantas fuera de la forma buscada, no lograremos rectificarla sin comprometer la estética y la sanidad del ejemplar.

Poda de mantenimiento

Después de la formación, cuando el ejemplar alcanzó una buena altura y las ramas principales ya están bien situadas, se comienza a realizar la poda de mantenimiento, la cual se seguirá haciendo durante toda la vida de la planta, cuando esta lo requiera, y en la época apropiada según la especie.
Con este tipo de poda se libera a la planta de todo aquello que molesta a su buen desarrollo: tocones, ramas secas, mal dispuestas o que estén por quebrarse, ramas que crecen demasiado hacia los costados y entorpecen el paso, que crecen hacia arriba enredándose en los cables o tapando estructuras. También se entresacan ramas para permitir la buena aireación y la llegada de luz solar a todo el ejemplar.

Poda sanitaria

Se realiza en cualquier época, cada vez que la planta lo necesita. Consiste en eliminar las ramas muertas o deterioradas, y las que tienen uniones demasiado débiles y presentan riesgo de quebrarse.
Es importante también realizar podas sanitarias cuando el sistema radicular ha sufrido daños por compactación o movimientos de tierra; el ejemplar estará más débil y por lo tanto puede enfermarse o ser parasitado fácilmente. En estos casos la poda de la parte aérea ayuda a la recuperación de las raíces y de todo el ejemplar.

Poda de modelado (topiaria)

Consiste en llevar el ejemplar a formas artificiales mediante cortes. Esta técnica ornamental se llama topiaria; las especies que mejor responden a ella son las de hoja pequeña, crecimiento compacto y lento. Es un trabajo muy delicado y que demanda dedicación permanente. Luego de lograr la forma deseada, se mantiene su perfil con recortes cada vez que sea necesario.

Poda excepcional (tala, desmoche)

Es una poda drástica con la que se busca reducir el volumen de la copa de los árboles, dejando pocas ramas o ninguna. Requiere generalmente el uso de motosierra.
A veces se aplica la poda drástica a los arbustos, cortándolos casi al ras de la tierra para rejuvenecer ejemplares que fueron descuidados durante años.
Los expertos recomiendan realizarla solo en casos extremos y justificados de sanidad o por motivos de seguridad (peligro para personas o bienes).
La poda extrema es una práctica muy agresiva que pone en juego la supervivencia del ejemplar. La planta pierde su estructura natural, se debilita, se afea, y requiere mantenimiento posterior para asegurar su salud y recuperar algo de su forma. Tras sufrir este tipo de poda, el ejemplar activa yemas latentes lo más rápidamente posible, dando lugar al crecimiento de múltiples brotes debajo de cada corte. Estos, por lo vigorosos, pueden hacer creer —erróneamente— que la aplicación de esta poda es beneficiosa, cuando en verdad se trata de una reacción de supervivencia frente a la magnitud de la agresión.

Cuidados: Es fundamental asegurarse de que los bordes queden lisos. Para ello las herramientas de corte deben estar bien afiladas y los cortes deben ser hechos limpiamente.

Cuando cortamos una rama, la planta forma naturalmente un callo cerrando la herida; el buen estado de los bordes asegura una buena cicatrización. Existen pinturas cicatrizantes que contienen fungicidas y hormonas estimulantes. Pueden ayudar pero no remedian un corte mal hecho.

Herramientas:

  • Tijeras de podar para cortar ramas de diámetro de hasta 2 cm (dependiendo de la fuerza de la mano);
  • Tijeras pico de loro o sierras manuales para ramas de 2 a 4 cm de diámetro;
  • Sierras manuales y motosierras para ramas de mayor diámetro.
Poda de árboles y arbustos
Aloe arborescente

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