Equipo preparado para podar rosales.
Guantes, tijera de podar, afilador de tijera.
Tijera pico de loro, sierra, cama de caballo madura, pulverizador con fungicida, triple 15, pala, rastrillito.
• Antes de podar: asegurarse de tener la vacuna antitetánica, estaremos manipulando tijeras entre espinas y podemos lastimarnos.
• Evitar usar ropa de lana o ropa que se enganche.
• Usar guantes especiales para rosas que no dejen pasar las espinas.
• Tener herramientas de buena calidad y en perfecto estado.
Conocer qué rosas tenemos para saber cómo y cuándo debemos podarlas. Cada tipo de rosa tiene su forma de poda.Hay rosales que no necesitan ser podados: por ejemplo, la “casi uruguaya” ‘Albéric Barbier’ de flor blanca que podemos ver formando cercos impenetrables en zonas rurales. Otros, como la rosa banksia (un rosal trepador sin espinas, de flor pequeña blanca o amarilla), como son de floración temprana, no se podan hasta terminada la floración.
1. Con todo preparado, antes de comenzar a podar, mirar bien el ejemplar e identificar cuáles son las ramas a cortar según la forma que le vamos a dar.
2. Cortar tallos secos, dañados, débiles, entrecruzados y eliminar chupones. Si al hacer el corte se observa que la rama no está sana, se sigue cortando hasta llegar a la parte sana.
3. El corte debe ser limpio, sin desgarros, efectuado a 5 mm de una yema que mire hacia afuera, con inclinación contraria a esta para que el agua escurra.
4. El rosal debe quedar sin hojas. Los restos de la poda deben ser eliminados para evitar todo riesgo de contagio. Limpiar bien la tierra alrededor del tronco usando el rastrillo
5. Cubrir los cortes gruesos y las heridas con una pasta hecha con cascola y polvo de caldo bordelés. Aplicar triple 15. Agregar cama de caballo y fumigar toda la planta y la tierra con caldo bordelés. Luego seguir fumigando una vez a la semana hasta que aparezcan las primeras hojas.