Los objetos decorativos en el jardín nos ayudan a crear un espacio personal con estilo propio. Se perderán entre el follaje, serán una parte más del jardín o se destacarán por sí mismos.
Para qué sirven:
- Valorizar el jardín
- Rendir homenaje
- Evocar recuerdos
- Dar un toque de humor
- Representar mitos y leyendas
- Resolver dificultades de diseño
Simples adornos o verdaderas esculturas, figuras realistas o fantasiosas. Piedras ornamentales en composiciones abstractas o simbólicas, animalitos, amuletos, hadas, duendes, enanos graciosos o solemnes… el gusto personal determina la elección. Todos cuentan una historia y nos hablan de sus propietarios, de sus gustos, sus creencias, su cultura. Más allá de las preferencias, el desafío es mantener la armonía del espacio jardín.

Guardián del jardín, obra en cemento en Rocha

Simpática ranita de hierro, un toque de humor

Emergiendo entre las hojas, dos enamorados

En un muro vegetal, la fuente aguamanil evoca recuerdos de antaño.

Esferas de hormigón ponen tres puntos suspensivos en el camino.

Entre el follaje un farol de hierro pasa casi desapercibido, pero sirve no solo para iluminar sino para integrar el ciprés piramidal al conjunto.
La elección de los objetos decorativos dependerá también del estilo del jardín y de la casa. Decidir dónde ubicarlos es fundamental: funcionarán como punto focal principal o secundario, o bien como un detalle a descubrir entre el follaje. En todo caso lo importante es que contribuyan a crear el ambiente que queremos tener en nuestro jardín. Muchos buscarán un efecto de descanso y contemplación, para algunos será un lugar de meditación o culto, otros querrán provocar un sonrisa con un guiño de humor. A todos nos gustará que las miradas recorran el jardín y se detengan, sin sobresaltos pero con interés, en esa pieza especial. Para lograrlo, las posiciones centrales y solitarias no son las mejores porque no integran el objeto al entorno; lo separan como una pieza de museo. Tan estimulante como elegir los objetos decorativos es buscarles la ubicación que nos ayude a transmitir el mensaje deseado.
La estética es muy importante y, a la vez, muy personal. Cisnes-maceteros o enanos de jardín, considerados por algunos como paradigma de la vulgaridad, vuelven a estar de moda. ¿Será por Amélie y su enano viajero, o porque en algún momento nos gusta hacer una travesura en el diseño del jardín? Las modas van y vienen, pero las múltiples funciones de los objetos decorativos en el jardín permanecen.

Bebedero para pájaros de hormigón pintado delante de un cantero que se llena de flores.

Colorida jaula y sillas de hierro dan una nota de alegría a un rincón sombrío.

El juego de jardín se valoriza con una escultura como centro de mesa.

Mariposa de hierro calado, para verla desde el porche

Figura de metal para clavar en las macetas

Camino de tortugas

Enanito sabio