Es el jardín ubicado adelante de la casa. Previsto urbanísticamente en las normas de ordenamiento territorial de cada departamento, el llamado “retiro jardín” tiene como objetivo crear una composición de interés paisajístico.  (Se denomina “retiro frontal” la separación entre la casa y la calle, y “retiro lateral” la separación entre la casa y los predios linderos). En cada localidad, cada calle tiene estipuladas las medidas mínimas de los retiros, los elementos permitidos en ese espacio y sus respectivas dimensiones máximas (altura de muretes, techos livianos, porcentaje de pavimento, etc.), determinando así la fisonomía del barrio.

Diseño: un cuadro que se abarca de una sola mirada

El jardín frontal es lo que primero se ve de nuestra vivienda y a la vez forma parte del paisaje del barrio. Invita a entrar y al mismo tiempo preserva nuestra privacidad. Generalmente pequeño, se abarca con una sola mirada: hay que pensar en un diseño global, como si el jardín fuera un cuadro.

Es un lugar de paso, pues su función principal es dar acceso a la vivienda. Esta es su componente más importante, que condiciona estilo, forma y colores del jardín. Las superficies horizontales que predominan son los caminos; los materiales que usemos en ellos —su color, textura y forma— tendrán gran peso en el diseño. La incidencia del sol, la sombra proyectada —por la casa, los edificios cercanos y por la vegetación— y los vientos predominantes —especialmente los marítimos— condicionan la elección de las plantas (de pleno sol, de sombra o resistentes a las inclemencias).

Plantas bien elegidas: jardín lindo todo el año

Cada planta que pongamos tiene que tener un propósito; no desperdiciemos el lugar con plantas que no merezcan destacarse. Elijamos plantas que tengan por lo menos dos estaciones de destaque, o que se luzcan siempre todo el año por el color o la textura del follaje.

Entrada en jardín de la costa. Formios, lavandas, colas de zorro, Pennisetum (recién cortados), palmeras y pinos protegen la casa con elegancia.

Camino empedrado con los bordes ondulantes aprovechando las formas y texturas de los arbustos elegidos

Las tentaciones a evitar

  • Poner árboles grandes. Debemos tener presente el tamaño que alcanzarán las plantas adultas, pues deben guardar relación con el jardín y la casa. Un error común es comprar una conífera, plantarla en el frente y al tiempo ver cómo aquel “pinito” se convirtió en un árbol imponente. Ya no tendremos una casa con un arbolito en el jardín sino un árbol con una casa atrás. El porte del árbol maduro debe ser compatible con el tamaño del jardín y de la casa. Su ubicación no debe interferir con entradas o ventanas.
  • De cada pueblo un paisano. Acumular en el jardín todas las plantas,  la que nos regalan, las que estaban baratas, la que nos cautivó en el vivero, en fin, todo lo que caiga en nuestras manos, y nuestro jardín se convierte en un cambalache vegetal. El jardín debe ser coherente como lo es la naturaleza; no todas las plantas pueden vivir juntas. Usando el sentido común seleccionaremos buenos ejemplares
    que combinen con el diseño que elegimos. En este caso, sin duda alguna, menos es más.
  • Flores de todo tipo y color. Para lograr el éxito usando muchos colores y plantas es preciso un diseño muy bien pensado, y aun así no es nada fácil conciliar todo esa profusión de colores, entre sí y con la casa. Conviene optar por pocas especies y elegirlas dentro de una paleta de colores que nos guste y que sea armoniosa; esta fórmula no falla.
  • El césped es fácil de mantener. Esta es una creencia tan difundida como equivocada. Para que el césped se vea perfecto, hace falta mantenimiento frecuente (mensual a semanal). Pensemos en el tiempo y/o el dinero que esta tarea nos demandará. Puede ser mejor invertir en buenos pisos o plantas cubresuelos, bellos arbustos y flores de estación.
Mantenimiento

El jardín frontal es la carta de presentación de nuestro hogar. Para que esté siempre impecable, alimentamos bien las plantas, controlemos la sanidad, quitemos regularmente las plantas en mal estado o enfermas y las malezas.

  • Poner atención al elegir las plantas: elegir las que no necesiten poda, que duren en su forma por muchos años.
  • Agregar toques de color con follajes o florales.
  • Usar macetas o maceteros: podremos cambiarlos de lugar cuando lo necesitemos.
  • Evitar poner césped: podemos usar piedra partida, pedregullo gris o alguna planta tapizante.
  • Si tenemos instalado un sistema de aspersores o difusores, evitar que al encenderse molesten el tránsito de las personas por el jardín y las veredas.

Concentrado despliegue de colores y texturas en plena armonía con el color de las paredes: las jardineras son una buena opción que no demanda grandes trabajos de mantenimiento.

Rocalla rústica con especies poco exigentes de profusa floración en primavera

Los usos del jardín
Duraznero de jardín

Entre Jardines