Camino de grava a través del monte nativo en la chacra marítima “La Pasionaria”, Maldonado

Los caminos son los elementos más dinámicos de las construcciones de un jardín. Aunque los incluyamos en el diseño desde el principio, lo más probable es que con el tiempo decidamos incorporar algún otro, más directo o más cómodo. Su trazado lo va a decidir la lógica antes que la estética: si forzamos un recorrido, lo más seguro es que no se use, por eso los trillos naturales son siempre las mejores.
Un camino, además de permitirnos transitar por el jardín sin estropear el césped y sin ensuciarnos el calzado, marca líneas que nos ayudan a ordenar los espacios. Si utilizamos materiales que son coherentes con el entorno, refuerzan el diseño.
En jardines formales usaremos materiales clásicos, como losas de formas regulares siempre ubicadas en forma ordenada, siguiendo rectas o curvas definidas. En jardines de estilo antiguo usaremos materiales que no desentonen y que ganen con el paso del tiempo, como piedras o ladrillos.
Los caminos con suaves curvas o líneas orgánicas son ideales para jardines informales. Ahí podemos mezclar materiales, priorizando siempre los naturales de la zona, como piedras, maderas o ladrillos. Los diseños minimalistas o los más modernos piden líneas simples y colores definidos: piedra triturada ­—el pedregullo gris o blanco—, decks de madera, losas de hormigón; usando estos materiales solos o combinados se puede lograr hacer de un camino un foco de atención.

 

En medio de la ciudad, un jardín interior de diseño formal. Las losas rectangulares de diferente largo repiten el diseño de las paredes y logran darle ritmo al camino angosto que ordena y da forma a este pequeño jardín. El ambiente se logra con plantas de formas definidas: boj recortado, ciprés piramidal, Duranta aurea, Ficus benjamina variegado y grupos de alegrías de la casa de flor roja; para el césped
se eligió el Axonopus (grama brasilera) por su textura gruesa y color verde brillante.

En medio de la ciudad, un jardín interior de diseño formal. Las losas rectangulares de diferente largo repiten el diseño de las paredes y logran darle ritmo al camino angosto que ordena y da forma a este pequeño jardín. El ambiente se logra con plantas de formas definidas: boj recortado, ciprés piramidal, Duranta aurea, Ficus benjamina variegado y grupos de alegrías de la casa de flor roja; para el césped
se eligió el Axonopus (grama brasilera) por su textura gruesa y color verde brillante.

Arriba: Camino de grava y madera entre los cerros de Piriápolis simulando una vía de tren. El pedregullo que se empleó es de la zona, de color similar a las piedras ya existentes en el lugar. Los travesaños de madera hacen más cómodo el paseo y los laterales retienen las piedritas en su sitio. Transitar por un camino flanqueado por plantas hace el paseo más atractivo. Aquí se plantaron coníferas rastreras y pittosporos enanos que, aunque lentamente, van creciendo.

Camino de grava de acceso a la chacra marítima ”La Pasionaria”, inspirado en la naturaleza. Sus suaves curvas parecen haber estado ahí siempre. Para reafirmar su carácter natural se enmarca en masas de flora nativa: colas de zorro, Eryngium, chircas forman una sucesión de panojas, tallos y flores que hacen del transitar por este camino una agradable bienvenida.

  Para que sirven: 

  • Conectan lugares
  • Recorren el jardín
  • Guían nuestros pasos
  • Ayudan al desplazamiento
  • Dan forma y ritmo al diseño
  • Limitan áreas por donde caminar
  • Ayudan al mantenimiento del jardín

 

¿Anchos o angostos, curvos o rectos?

Para ir de la casa al parrillero o al galpón,
la entrada del garaje para que no se estropee el césped,
para acceder a un cantero cómodamente,
pasear por el jardín o llegar a algún rincón que quedó relegado, el camino facilitará el uso y fomentará el disfrute del jardín en toda ocasión.
Pasado el verano, antes de que las lluvias sean más abundantes, es el momento ideal para construir los caminos que necesitamos en el jardín.
Su forma y ubicación dependerá del uso que les querramos dar, pero no por eso debemos renunciar a un diseño atractivo en sí mismo y que incremente el interés del jardín.

El ancho. Un camino cómodo permitirá a dos personas pasear del brazo, o llevar una carretilla; un ancho menor a 1 m no lo permitirá. Los caminos de piedras o losas colocadas sobre el césped suelen ser angostos; no son caminos de paseo o trabajo, sirven para preservar el césped del pisoteo cuando esta húmedo. Si queremos transitar con un auto el camino deberá tener por lo menos 3 metros de ancho.

La importancia de la huella. El largo del paso de un hombre adulto es de aproximadamente 55 cm; el de los niños y las personas mayores es más corto. Si el camino no es una superficie continua y la separación entre los elementos que lo forman fuerza el paso alargándolo o acortándolo, transitarlo resultará incómodo y hasta peligroso.

La forma. Los caminos rectos  nos llevan rápidamente al destino, nos hacen apurar el paso. Esto se refuerza también con la mirada que no se detendrá sino en el final. En cambio, los caminos con cierta curvatura  se transitan con más calma, más amablemente, nuestra mirada no buscará el destino sino que se entretendrá en el entorno. Sin embargo, si las curvas son muy pronunciadas  el efecto es contraproducente, nos termina fastidiando y tomaremos un atajo.
Una alternativa para caminos rectos es desfasar los bordes respecto al eje , combinando el trayecto más corto de la línea recta con el ritmo y la sensación de un camino curvo.

 

Materiales

Pedregullo. La grava o pedregullo y la piedra partida son piedras de tamaño chico ideales para usar en caminos rústicos. El tamaño de las piedras es bastante irregular, generalmente va de 0,5 a 6 cm.
El color y la forma de las piedras varía según de dónde y cómo se extraiga; las de canteras en la zona de Montevideo y Canelones son usualmente de color rojizo, en cambio en Maldonado tienen color amarronado y son más redondeadas. La piedra gris, conocida como piedra partida, es de granito; un tipo similar, de color blanco, se extrae de canteras de mármol. Lo que encontramos a la venta depende bastante de las canteras que se encuentren en las cercanías del comercio, ya que en el precio impacta el costo del flete.
Construir un camino de grava es económico, pero no consiste en poner simplemente las piedras sobre la tierra. Para que el camino quede firme, no se hunda, no se llene inmediatamente de yuyos y permita filtrar el agua correctamente, tenemos que hacerle una base adecuada. Como base se usa frecuentemente el balasto o tosca, que es una mezcla de arena, piedra y arcilla o limo. Este material tiene una buena cantidad de humedad, y al secarse forma un suelo compacto y bastante duro.

Pasos para construir un camino sencillo de pedregullo
Material
Para tener una idea: un camino de 1 m de ancho por 10 m de largo lleva 1,5 m3 de relleno de tosca y 0,5 m3 de piedra partida o pedregullo.
Definir el ancho y la forma
Marcar por donde va a ir con palitos de madera clavados en el suelo, dibujando una línea con arena o tiza (como quien marca una cancha de fútbol) o mediante una cuerda o manguera apoyada directamente en el suelo.
Hacer la base
El método tradicional consiste en cavar unos 10 a 15 cm y rellenar con tosca o escombros. Asentarlo con un pisón (neumático o manual) o regando abundantemente.
Otro método ideal para pequeños jardines, o para lugares donde sea engorroso acarrear materiales, es usar una malla de geotextil (tela que permite el drenaje y estabiliza el suelo). Antes de extenderla, quitar todos los yuyos o aplicar un herbicida, y asegurarse de que no quede ninguno.
Terminación
Es importante hacerle bordes al camino, para evitar que pierda su forma. Se puede usar madera, piedra, ladrillos de canto o incluso un cordón de hormigón. Una vez hecha la base y colocado el borde podemos poner la piedra elegida.

 

 

 

 

 

 

 

 

Madera

La madera es un buena opción para hacer caminos, pasarelas o cubrir un área mayor. Es un material natural fácil de combinar en el jardín, pero con el tiempo se vuelve gris o se oscurece por el uso de protectores.
Una pasarela de madera (deck) está formada por una estructura de pilares —generalmente también de madera— que va anclada al suelo, y un entramado de vigas y viguetas sobre las que se clavan o atornillan las tablas del piso.
Cuanto más dura sea la madera empleada, mejor; si usamos madera blanda —como el pino— tenemos que asegurarnos de que esté tratada y bien seca; igualmente hay que aplicarle protector por lo menos cada dos años. De esta manera su vida útil será más prolongada y mantendrá su forma.
Actualmente se encuentran en el mercado placas de madera similares a baldosas, con una base plástica o de madera, que pueden colocarse directamente sobre el césped. Es una solución rápida de fácil colocación pero el precio por unidad es elevado y la duración no tan prolongada como una construcción tradicional.


Losas de cemento 

Las losas de hormigón, económicas y fabricadas en Uruguay, son otra opción. Las blancas lisas quedan muy lindas sobre el césped o sobre pedregullo. También existen losas oscuras que imitan piedras o, más pequeñas, que semejan adoquines. Las más gruesas pueden ser puestas directamente sobre el césped y permiten construir caminos muy rápidamente, pero hay que cuidar que queden bien asentadas y niveladas. Las losas finas necesitan que se prepare un contrapiso donde asentarlas: se puede hacer poniendo una capa de 10 cm de piedra picada o grava y agregando una capa de 5 cm de arena sobre la cual se colocan las losetas. No se necesita unirlas con cemento.

Módulos de plástico para armar fácilmente un camino colocándolos directamente sobre la tierra. Son ideales para entradas de garage, pues soportan el peso de un auto. El césped crece a través de los orificios sin que el auto lo aplaste. También se pueden rellenar con piedritas de colores.

Ladrillos, muy usados en casas de campo, se pueden colocar directamente sobre arena apisonada y rellenar las juntas también con arena. De esta forma el suelo queda permeable. También se lo coloca sobre un contrapiso de cemento, tratando las piezas como si fueran baldosas.

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