“Después de los frutales deben tener lugar los árboles silvestres que adornan nuestras riberas. Abrigan nuestros árboles más delicados, y sirven con su madera para muchos usos. Entre los silvestres debe hablarse primero de los sauces, que son indígenas del país, y los más antiguos del Miguelete. Por las utilidades sin número que se logran en los sauces, además de su verde claro y su desgaire gracioso con que alegran y satisfacen la vista, deben ponerlos en sus huertas todos…
El palo borracho es un popular árbol sudamericano, presente en muy buen número en parques públicos y privados, jardines de buen tamaño, plazas y aun avenidas. Florece profusamente desde mediados del verano hasta el segundo tercio del otoño, alcanzando gran valor como ornamental en esa época. En primavera, su brotación en tonos rojizos es igualmente espectacular.
Originario de una vasta región de Sudamérica, fue encontrado creciendo espontáneamente en islas del río Uruguay por el profesor Atilio Lombardo en la década de 1940, pasando desde ese momento a ser considerado como un árbol indígena de Uruguay. Se destaca por su profusa floración amarilla durante los meses de verano.