Un vivero es un sitio donde se cultivan especies vegetales proporcionándoles las condiciones y cuidados necesarios para lograr plantas de calidad prontas para ser llevadas a su lugar definitivo. La imagen más común del vivero es la de un establecimiento proveedor de plantas para el jardín, y ese es efectivamente un tipo de vivero. Pero también están los viveros hortifrutícolas, los que trabajan para la agricultura forestal o los que se especializan en la conservación de especies nativas.

Todos ellos pueden abarcar algunas o todas las etapas de la producción (la propagación, el cuidado durante el crecimiento y la venta). También pueden ocuparse de una gran variedad de especies o especializarse en algunas. Los viveros con mayor variedad de oferta son los de plantas ornamentales, aunque siempre se destacan unos y otros por un cierto tipo de planta: en algunos el fuerte son las plantas con flores, en otros los arbustos y árboles, o las palmeras, o las plantas de interior, o las cactáceas, etc.

Las plantas ornamentales: una vocación

La profesión de viverista especializado en plantas ornamentales no se enseña en ningún lado. Muchas de las personas que están al frente de viveros se han formado como ingenieros agrónomos, técnicos agrarios o técnicos jardineros; otras son autodidactas o han aprendido el oficio trabajando con otros viveristas. Todos sienten pasión por las plantas y saben que la mejor escuela son la observación y el trabajo que vuelcan cotidianamente en su vivero.

Mayoristas o minoristas, productores o revendedores, grandes o chicos, ubicados en plena ciudad o en áreas rurales, tecnificados o artesanales… La clasificación de los viveros de plantas ornamentales no es, sin embargo, binaria. Muchos reúnen varias de estas características, y a lo largo de su historia van acentuando una u otra en un negocio que aún tiene mucho de experimental.

Nuestros viveristas rara vez se limitan a trabajar con un solo tipo de plantas; apuestan a las que logran producir con éxito e intercambian con otros colegas las especies que no tienen, para así poder ofrecer a los clientes un amplio catálogo. Algunos solo proveen de plantas a otros viveros, a paisajistas o a grandes compradores, pero la mayoría vende también al por menor.

Quizás porque el mercado de plantas uruguayo no es muy dinámico, en nuestro país los viveros de plantas ornamentales son de pequeña o mediana escala y no están altamente tecnificados. La mayoría son empresas familiares; algunas han pasado de generación en generación, otras son más nuevas y de a poco se van abriendo camino. En casi todos son sus propios dueños quienes realizan personalmente la mayor parte de las tareas. No es raro verlos con las manos en la tierra, siempre con un ojo puesto en sus plantas para que estén lo mejor posible.

Las más mimadas

En los viveros productores, dos tipos de plantas son las que se atienden con especial atención: las plantas madres y las vedettes.

Las madres

Son ejemplares de plantas que presentan cualidades excepcionales —vistosidad, fortaleza, capacidad de adaptación— y que se usan para obtener nuevas plantas por medio de  la reproducción asexuada (esquejes, acodos). Así las nuevas plantas tendrán la misma genética que la madre, manteniendo por tanto las mismas características notables. Las plantas madres representan un capital para el vivero; son parte básica de la producción y por eso se les prodigan cuidados especiales y jamás se venden.

Las vedettes

Algunas plantas se vuelven distintivas del vivero, sea porque son exclusivas del establecimiento o porque, aunque no sean raras, se vuelven referentes de la empresa por su excepcional calidad. Todos los viveros buscan tener sus propias vedettes, y van renovando la variedad o introduciendo especies nuevas.

 

Enviverar: criar en tierra
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