Las prímulas son las florales de mejor desempeño durante los meses más fríos, en particular la prímula tradicional, que es la que nos ofrece mayor variedad de colores. Aptas para canteros o contenedores, son sumamente tolerantes a condiciones adversas de temperatura. Mientras que en otros países se disfrutan en primavera (de ahí uno de sus nombres), aquí las admiramos en pleno invierno.
Nombre científico: Primula acaulis Linnaeus
Familia: Primulaceae
Origen: Europa, noroeste de África, suroeste de Asia
Aspecto y porte: Planta perenne que en nuestro medio se utiliza como floral anual. No supera los 20 cm de altura.
Hojas: Oblongo-obovadas, dentadas, arrugadas, dispuestas horizontalmente.
Flores: Sostenidas por pedúnculos más o menos cortos, agrupadas, de color blanco, violeta, rosado, rojo, lila, fucsia, amarillo, naranja, incluso matizadas.
Fruto: Cápsula ovoide.
Exposición: Mejor en media sombra.
Temperatura: Se adapta muy bien a temperaturas frescas, tolerando heladas ligeras.
Suelo: Fértil, húmedo pero bien drenado, liviano.
Riego: Mantener húmeda la tierra alrededor de las raíces con riegos frecuentes.
Plantación: Mejor a mediados del otoño, estableciendo plantas provenientes de almácigos sembrados unos tres o cuatro meses antes o en la primavera del año anterior.
Multiplicación: Se propaga por semillas, admitiendo a veces división de mata, aunque en este caso la calidad de la planta es inferior. La semilla germina a temperaturas relativamente bajas.
Poda: Se cortan las flores secas, para estimular una nueva floración.