Herbácea de porte pequeño a mediano, está casi siempre florecidas. Por su tamaño y por presentarse muchas veces con formas compactas, puede ser cultivada en recipientes. Su rusticidad y las escasas atenciones que requiere la hacen favorita de muchos jardineros y aficionados.


Nombre científico: Hebe speciosa (R. Cunn. ex A. Cunn.) Andersen y sus híbridos
Familia: Plantaginaceae (antes ubicada en Escrofulariaceae)
Origen: Nueva Zelanda
Aspecto y porte: Arbusto de baja a mediana altura con follaje persistente.
Hojas: Opuestas, enteras, elípticas a lanceoladas, de color verde oscuro. Hay cultivares de follaje disciplinado.
Flores: La especie típica posee flores lila, que aparecen en densos racimos terminales. Florece a comienzos de verano o de otoño, según la variedad, existiendo ejemplares de flor azul,
rosa, fucsia, blanca.
Fruto: Cápsula aplastada de 5-6 mm x 3-4 mm.
Exposición: Cultivar en lugar muy luminoso evitando el sol directo en las horas centrales del día, sobre todo en el verano. Proteger del frío. Algo tolerante a la salinidad.
Temperatura: No tolera temperaturas muy elevadas cuando se halla a pleno sol. Tampoco soporta fríos intensos y heladas.
Suelo: Tierra de jardín, turba, arena y mantillo. Acepta suelos pobres o medianamente fértiles, húmedos pero bien drenados, livianos.
Riego: Mantener húmeda la tierra alrededor de las raíces con riegos frecuentes, sobre todo cuando la temperatura sobrepasa los 25 ºC.
Plantación: Mejor a fines del invierno o principios de la primavera. No tolera transplante a raíz desnuda.
Multiplicación: Puede hacerse mediante esquejes, con temperatura del sustrato de 20 a 22 ºC. Arraiga con facilidad.
Poda: Se poda una vez secas las flores, para estimular una nueva floración. También para mantener una forma determinada. Suele podarse a baja altura a fines del invierno.